Champagne R. H. Coutier se encuentra en la ciudad de Ambonnay, una de las principales ciudades productoras de vino en la Montagne de Reims. La familia Coutier ha estado en el pueblo de Ambonnay desde 1619.
Los Coutiers tienen nueve hectáreas de viñedos en Ambonnay con una producción de unas 25.000 botellas al año y curiosamente, a pesar de que Ambonnay es generalmente considerado como zona Pinot Noir, los viñedos de los Coutiers se plantan con un tercio Chardonnay y dos tercios de Pinot Noir. De hecho, en 1946 el padre de René Coutier fue el primer Vigneron en Ambonnay en plantar Chardonnay en el pueblo y no fue una mala decisión ya que después de varías décadas y todavía hoy en dia, su Chardonnay está igual de valorado que el Pinot Noir de la zona. Las tierras de los viñedos en Ambonnay tienen un poco más de arcilla y un poco menos de piedra caliza que en el resto de la región, lo que tiende a producir un estilo de vino más señorial.
Los viñedos Coutier elaboran 5 tipos distintos de Champagne. El Brut Tradition, está elaborado con un 60% Pinot Noir y 40% Chardonnay.
El Brut Rosé esta elaborado con las mismas variedades pero con la sola diferencia que todo el 60% de Pinot Noir en la mezcla sigue siendo vino. Este es un magnífico rosé que ofrece sabores de frutos rojos, brioche y los complejos tonos de los frutos de Ambonnay.
Otro champagne es el Blanc des Blancs el cual está elaborado con un alto porcentaje de viña vieja. Las viñas originarias de 1946 producen únicamente esta variedad. El siguiente en la jerarquía de la familia Coutier se encuentra el Brut Millésime, elaborado con una mezcla 60% Pinot Noir y 40% Chardonnay y sin fermentación maloláctica. La joya de la corona es el Cuvée Henri III. Este vino es el único en la familia en tener un contacto directo con la madera en su proceso de elaboración. Esta hecho 100% con Pinot Noir y se envejece durante 4 años antes de su consumo.
La fermentación en barrica no se usa en ningunos de los vinos a excepción del Cuvée Henri III y para el resto de vinos, solo la mitad pasan por una fermentación maloláctica ya que según René de esta manera se consigue un equilibrio de gustos más refinado.