Blanco con crianza fresco y a la vez con estructura.
Reseña Parker
38% Malvasía y 24% Garnacha Blanca que fermentó en barrica donde el vino maduró durante 10 meses. El vino se siente fresco y equilibrado
Bodegas Contador
La historia de Bodega Contador comienza en 1995, cuando el enólogo y viticultor Benjamín Romeo adquiere una cueva centenaria bajo el castillo de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja). En 1996 elabora allí la primera cosecha de su vino “La Cueva del Contador” y empieza a comprar viñas para su proyecto bodeguero.
– Durante los años siguientes lleva a cabo vinificaciones a mínima escala en la cueva y sigue adquiriendo viñas. En 1999 elabora la primera añada de su vino “Contador”.
– En el año 2000, tras comprobar la buena acogida del mercado y de los medios especializados a estos primeros vinos, Benjamín decide dedicarse exclusivamente a su proyecto personal.
– Durante el año 2001, Benjamín Romeo acondiciona el garaje de la casa de sus padres en San Vicente para elaborar vino. De ese modo aumenta la capacidad de vinificación que le ofrecía la cueva.
– La revista del crítico estadounidense Robert Parker otorga la máxima calificación (100 puntos) a las cosechas 2004 y 2005 de “Contador”, elaboradas en el garaje. Este reconocimiento, inédito en España, dispara el prestigio internacional de la marca.
– Entre 2004 y 2006, Benjamín Romeo elabora el proyecto de su bodega actual junto al arquitecto Héctor Herrera. La obra se ejecuta entre los años 2006 y 2008.
-La nueva bodega es inaugurada el 21 de junio de 2008, coincidiendo con el solsticio de verano. El edificio está situado a los pies de San Vicente de la Sonsierra, en el centro del territorio que ocupan los diversos viñedos de la propiedad.
– La estructura en tres plantas o terrazas de la bodega reproduce los taludes originales del terreno y al mismo tiempo facilita el manejo de la uva y el vino mediante gravedad.
– Las terrazas del edificio están cubiertas de plantas que se integran con la vegetación autóctona. La bodega tiene muros de hormigón visto, para que se vaya impregnando de polvo y se acabe confundiendo con la tierra de la que ha nacido.