Es un Pedro Ximénez diferente, muy interesante, mineral y sencillamente delicioso.
Miguel Castro
Miguel Castro Maíllo es de esas personas que no pasan desapercibidas. Aunque es montillano, estudió Enología en Cádiz. Por aquí anduvo durante sus estudios, dando vueltas entre catas, saraos varios y reuniones de profesionales. Nunca renunció a estar presente allí donde debía de estar alguien que se estaba formando con evidente pasión por lo que hacía. De hecho, todavía hoy sigue cumpliendo con las reuniones del grupo de cata sanluqueño en el que participa. No se volvió al pueblo del todo. No creo que lo haga nunca. La curiosidad lo mantendrá abierto al mundo.
Para que os situéis un poco, se trata de uva PX vinificada en bota. Tras la fermentación, desarrolla velo que permanece en el vino nueve meses. El resto está a bota llena, evitando la crianza biológica. Después es embotellado sin apenas filtrar.
El nombre hace honor a la forma típica de poda en Montilla para las viejas cepas de pedro ximénez.