La historia de la familia Labruyère comenzó en la década de 1850 cuando el fundador de la rama Mâconnaise de la familia Labruyère, Jean-Marie, se instaló en Les Thorins, en el corazón de lo que se convertiría en el Cru Moulin-à-Vent en 1924. Desde entonces , cada generación se ha esforzado por conservar y desarrollar esta joya vitivinícola.Jean-Pierre Labruyère, presidente del grupo familiar Labruyère Eberlé durante más de 30 años, quiso que su hijo Edouard tomara las riendas de la finca en 2008 para que su viñedo se convirtiera en uno de los líderes de la denominación. Pero mientras tanto se habían escrito otras dos páginas de la historia vitivinícola de Labruyère.El primero fue en 1988, cuando Jean-Pierre Labruyère, ayudado por otros inversores, tomó el control de Domaine Jacques Prieur en Meursault,No se quedó ahí ya que en 1992 abrió un nuevo capítulo al convertirse en el primer borgoñón en invertir en Burdeos con la adquisición de 18 hectáreas entre los terruños más bellos de la meseta de Pomerol. Château Rouget renacería de sus cenizas.Fue en 2012 cuando Edouard Labruyère decidió completar el mosaico de terroirs familiares instalándose en Champagne y más concretamente en el pueblo de Verzenay, catalogado como Grand Cru y cuna de los mejores pinots noir de la región. Teniendo la oportunidad de poseer el 100% de sus viñedos, la familia Labruyère domina todas las etapas de la viticultura y la elaboración del vino. Esto le permite hacer la elección fuerte de una agricultura razonada e intransigente para respetar sus valores fundamentales: terroir,En homenaje a su antepasado que lo precedió hace 6 generaciones, Edouard decidió bautizar este nuevo dominio “JM Labruyère”.El origen de esta finca de Champagne se remonta al siglo XIX con la construcción de sus magníficas bodegas abovedadas en 1820 y la elaboración de la primera botella de Champagne de la finca en 1863. Distintas familias se sucedieron en el siglo XX al frente de estos Grand Cru y su elección en 2012 fue confiar las llaves de su joya vinícola a otra familia de viticultores de Borgoña: los Labruyère. Ahora todo el equipo se compromete a llevar esta finca a la élite de los cosechadores-manipuladores de champán combinando tradiciones, agricultura sostenible, vinificación de vanguardia.