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CHAMPAGNE, UN VINO ÚNICO EN EL MUNDO. PARTE I

CHAMPAGNE, UN VINO ÚNICO EN EL MUNDO. PARTE I

LOS ORÍGENES

Desde el siglo I, se encuentran vestigios de vides domésticas en la región de Champagne. Rápidamente, el viñedo se desarrolló y se expandió. Contaba con una situación estratégica en las principales rutas comerciales. En primer lugar, a través del desarrollo de las ferias de Champagne, que en la Edad Media constituían el corazón económico de Europa. Pero también gracias a la posición septentrional del viñedo.

 

Más allá de Champagne, el cultivo de la vid es imposible. Champagne se convirtió en la región de suministro de todo el norte de Europa. Después de un período de ralentización durante la Guerra de los Cien Años, que asoló la región, el viñedo siguió desarrollándose desde finales del siglo XV.

1. Marchantes de vino en Paris.

En el siglo XVI, el Parlamento de París aprobó un edicto por el que se prohibía a los taberneros parisinos abastecerse en un radio inferior a 90 kilómetros alrededor de la capital, para compensar una reducción de calidad de los viticultores de la corona de París. ¡Una suerte para el Champagne, que se encuentra justo en el límite de esta zona!

 

EL NACIMIENTO DE LOS VINOS DE CHAMPAGNE

Algunos monjes como Dom Pierre Pérignon, monje benedictino de la Abadía de Hautvillers, o Frère Oudart, de la abadía de Saint-Pierre-aux-Monts en Pierry, desempeñaron un papel determinante en el advenimiento del Champagne tal como lo conocemos hoy en día. En su época, los ensamblajes de vinos se hacían de forma más o menos aleatoria. Dom Pierre Pérignon, como precursor, vio la complementariedad que podía existir entre diferentes vinos y diferentes crus. Entonces comenzó a practicar ensamblajes reflexionados detenidamente. El resultado fueron vinos más equilibrados, más logrados y de mayor calidad. En la segunda mitad del siglo XVII, Champagne inventó una nueva técnica de prensado lenta y fraccionada: fue una revolución que, desde entonces, permite obtener vinos blancos a partir de uvas negras.

2. Dom Perignon.

Entre los años 1670-1720 marcaron un punto de inflexión en la historia de los vinos de Champagne: a partir de entonces, se optó voluntariamente por elaborar vinos espumosos en Champagne, donde la efervescencia había sido más bien espontánea hasta entonces. Pero estos años también marcaron una ruptura en la historia de los vinos burbujeantes a nivel mundial, por dos motivos.

 

En primer lugar, porque es la primera vez que se desarrollan técnicas específicas para elaborar vinos efervescentes. Después, porque es la primera vez que se produce un vino en un territorio determinado, Champagne, y se identifica como tal. Hasta la Edad Media se hablaba de “vino de Francia”, englobando todos los vinos de forma genérica. A partir de 1690, se mencionan específicamente los “Vinos de Champagne”.

 

En 1685, apareció por primera vez el tapón de corcho en Champagne. En el siglo XVII, la industria del vidrio se transformó gradualmente y experimentó progresos significativos. Gracias a ello, en 1770 apareció una nueva botella de Champagne, fabricada en un vidrio mucho más grueso y, por tanto, mucho más resistente. Así, las botellas, que hasta entonces sólo se empleaban para servir el vino, comenzaron a utilizarse para su conservación.

3. Botellas y tapones de corcho de Champagne.

La efervescencia, que antes se producía en los barriles y tendía a escaparse rápidamente, quedaba atrapada en la botella. Esta característica ligeramente burbujeante gustaba mucho a cierta aristocracia, que trataba de distinguirse. Este consumo de vinos de Champagne por parte de las élites contribuyó a darle su imagen de vino de lujo.

 

LA INNOVACIÓN PARA CONSEGUIR VINOS DE CHAMPAGNE CADA VEZ MÁS LOGRADOS

Los primeros comerciantes de Champagne se establecieron en Reims, Épernay y Aÿ. Los más conocidos son Bertin du Rocheret, Chertemps, Drouin de la Vieville, Geoffroy, Gosset o incluso De Partelaine. En el siglo XVIII nacieron las Maisons de Champagne, especializadas en la elaboración del preciado vino efervescente, que requiere un auténtico saber hacer e importantes medios. A partir de entonces aparecen nombres que se han vuelto icónicos. Ruinart, Chanoine, Fourneaux, Moët, Vander-Veken, Delamotte, Dubois, Veuve Clicquot, Heidsieck, Jacquesson y muchos otros.

 

Numerosas innovaciones han permitido mejorar gradualmente el control de la efervescencia. Durante mucho tiempo, dependía en gran medida de la fecha del tiraje. Por lo tanto, el resultado era algo aleatorio. Muy a menudo, las botellas explotaban, provocando importantes pérdidas. O, por el contrario, la efervescencia no se producía y el vino seguía siendo tranquilo… A finales del siglo XVIII, los productores de Champagne comenzaron a añadir azúcar al tiraje, para compensar cualquier déficit, o a utilizar vinos añejos con una reducida cantidad de azúcar para mezclarlos con vinos en los que la cantidad de azúcar era excesiva. Después, a comienzos del siglo XIX, se inventaron las “mesas de removido”, actualmente llamadas pupitres, para llevar el depósito de lías al cuello de la botella. A continuación se elimina mediante el degüelle.

4. Mesas de removido.

En 1837, un farmacéutico de Châlons llamado Jean-Baptiste François desarrolló un método fiable para medir con precisión la cantidad de azúcar que se debía añadir al vino para obtener una efervescencia óptima.

 

Entonces, la tasa de rotura de las botellas se redujo drásticamente.

 

Unos años más tarde se inventó la placa de bozal o cápsula, y su sujeción mediante un bozal de alambre.

 

En 1860, Pasteur observó que las levaduras transforman el azúcar en alcohol y gas carbónico. Hasta entonces, el proceso era un misterio.

5. Louis Pasteur.

Finalmente, en 1884, Armand Walfard, gerente de una Maison de Champagne, inventó el degüelle con hielo. Para ello, se sumerge el cuello de la botella en una solución a unos –27°C, formándose así un bloque de hielo en el cuello, que atrapa los sedimentos. En la apertura, la presión interna permite expulsar el bloque de hielo perdiendo un mínimo de vino y de presión. Esta técnica todavía se sigue utilizando.

 

EL NACIMIENTO DE LA DENOMINACIÓN CHAMPAGNE

Hasta finales del siglo XIX, el viñedo de Champagne era muy extenso, con más de 60.000 hectáreas. Pero en 1863 llegó la filoxera a Europa. Este pulgón ataca las raíces de la vid y chupa la savia, secando así la planta, que muere. Se destruyó casi todo el viñedo. Si bien en Champagne se da prioridad al arranque sistemático de las plantas afectadas, esta crisis hizo que rápidamente los viticultores se unieran y se mostraran innovadores para superarla.

6. Phyloxera.

En 1898, los principales viticultores y Maisons, que también eran propietarias de viñedos, se concienciaron de la importancia de proteger su patrimonio común. Fundaron la AVC, Association Viticole Champenoise (Asociación Vitícola de Champagne). Esta asociación se esforzó por reconstituir el viñedo injertando la vid de Champagne en un sistema de raíces (portainjertos) norteamericano, resistente al insecto. Preserva las antiguas cualidades de sus vinos al mismo tiempo que es resistente a los suelos gredosos de la región y a las enfermedades.

 

Desde finales del siglo XIX, conscientes del valor que representaba el Champagne, los productores de Champagne trataron de establecer normas para evitar la usurpación de su patrimonio. En 1887, obtuvieron una sentencia del Tribunal de Apelación de Angers reconociendo la propiedad de la palabra Champagne exclusivamente a los vinos procedentes de Champagne. En 1905, solicitaron al Ministerio francés de Agricultura la delimitación de la “Champagne vitícola” y la exclusividad del nombre Champagne para los vinos “vendimiados y manipulados íntegramente en la Champagne vitícola”. En 1935 se creó el concepto de Denominación de Origen Controlada (AOC) y al año siguiente se reconoció la denominación Champagne, que ratificaba todas las normas que los productores de Champagne se habían impuesto.

 

Los años 1920, también llamados los “locos años veinte”, fueron un período fastuoso. Al final de la Primera Guerra Mundial, que hirió y traumatizó profundamente a toda Europa, el ambiente era festivo y despreocupado. El Champagne, símbolo de alegría, convivencia y placer, estaba en todas las mesas, por lo que experimentó una auténtica “edad de oro”.

 

En 1935 se creó la Comisión de Châlons. Reúne a los representantes de las Maisons y de los viticultores para definir colegiadamente las normas de elaboración de los vinos de Champagne. En 1941, se creó el “Comité Interprofessionnel du Vin de Champagne” (Comité Interprofesional del Vino de Champagne), en la prolongación de la Comisión de Châlons. Concentra aún más poderes para la defensa y la protección de los vinos de la región.

 

El nombre “Champagne”, que remite inmediatamente a un imaginario festivo, de lujo, convivencia y placer, despierta el interés. En 1960, un vino espumoso distribuido en Gran Bretaña adoptó el nombre de “Spanish Champagne”. Su condena por el Tribunal Superior de Inglaterra permite proteger la denominación en países de derecho inglés y servirá de referencia para otros países. Esta lucha continua contra todo tipo de intentos de usurpación protege la denominación Champagne, pero también al consumidor, al que proporciona una garantía de transparencia sobre el vino que compra y consume.

 

En 2021, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea reforzó aún más la protección de las denominaciones de origen, y en particular de la denominación Champagne, al dictar sentencia contra los bares de tapas denominados “Champanillo”. En su sentencia, considera que “la protección de las denominaciones de origen debe extenderse a los servicios para garantizar un alto nivel de protección”.

 

UN VIÑEDO COMPREMETIDO CON LA SOSTENIBILIDAD

A partir de comienzos de los años 1980 y de la concienciación de la importancia de preservar su terruño, el viñedo de Champagne inició procedimientos destinados a mejorar sus prácticas para hacerlas más respetuosas con el medio ambiente. Reducción del impacto sobre los suelos, reutilización de los residuos, protección del viñedo, etc. Estas acciones se aplican a todos los niveles de la elaboración del Champagne.

 

En 2003, Champagne fue la primera región vitícola del mundo que realizó su balance de carbono. A continuación, se puso en marcha un plan de acción formado por cinco ejes principales: viticultura y enología, transporte, edificios, compras responsables de bienes y servicios y acciones transversales. Estas medidas permitirán reducir un 15% su huella de carbono.

7. Viñedo en Champagne.

En 2015, los 21 representantes de los Estados Parte en la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO votaron por unanimidad la inscripción de las “Coteaux, Maisons et Caves de Champagne” (Laderas, Casas y Bodegas de Champagne) en la Lista del Patrimonio Mundial, en la categoría de “Paisajes culturales evolutivos vivos”. De este modo, se reconoce el valor universal excepcional del paisaje cultural vitícola de Champagne, de este terruño único y, más ampliamente, de todo el trabajo de los habitantes de Champagne.

 

Los procedimientos en materia de desarrollo sostenible continúan a todos los niveles en los viñedos de Champagne. El objetivo para 2050 es reducir la huella de carbono del Champagne entre un 75% y un 80%. Al mismo tiempo, muchos programas tienen como objetivo mejorar las prácticas en el viñedo, tanto a nivel ecológico, como económico y social. Un auténtico procedimiento colectivo de progreso continuo.

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