Un muy joven Òscar Navas se formó trabajando duro para la afamada bodega mallorquina 4 Kilos. Fue allí donde se concibió La Furtiva. A partir de una fuerte atracción que sentía por la ciudad natal de su abuela en la Terra Alta, Òscar decidió concebir su propio proyecto en Villalba dels Arcs. En 2017 Òscar utilizó la bodega de un amigo en Corbera d’Ebre para elaborar su primera añada, una minúscula producción de un vino blanco que expresaba a la perfección el clima de la Terra Alta. Una región mediterránea árida, con días calurosos, tardes de viento salado y fresco con noches refrescantes por su elevación. Son cualidades que confieren al vino una concentración que a su vez se equilibra con la acidez y el frescor. La región es famosa por su suelo ‘panal’, con alto contenido de arena y poca retención de agua en la superficie. Las cepas luchan por alcanzar el nivel freático en las profundidades y el resultado es una baja producción, con pequeños racimos de uva con gran intensidad de sabor. “La filosofía del proyecto es muy simple, podría ser muy hippie y hablar de ecología y vino sin sulfuroso, pero básicamente se trata de hacer un poco lo que me da la gana.”