Maison Henriot es una de las pocas casas en Champagne que sigue siendo independiente y de propiedad familiar desde su fundación en 1808 por Apolline Henriot. En 1640, la familia Henriot deja su Lorraine natal para
establecerse en Champagne y comienza a desarrollar su negocio de telas antes de agregar rápidamente el vino a su negocio familiar, convirtiéndose finalmente en uno de los comerciantes más poderosos de Champagne. Tras adquirir terrenos para plantar vides, la familia adquiere conocimientos sobre viticultura y se convierte en experta en sus terroirs. En 1808, Apolline Henriot, joven viuda de Nicolas Henriot, funda su “Maison” en Champagne, después de pasar 14 años apoyando a su marido en el negocio de la ropa y el
vino. Apolline funda la Maison y crea la primera cuvée Henriot, ahora conocida como Brut Souverain. El champán se compone de una gran diversidad de terroirs, a través de diferentes exposiciones de viñedos, laderas, suelos y prácticas vitivinícolas. Esta filosofía también permite elaborar Champagnes de una gran complejidad aromática, traduciendo un perfil generoso.

El vino está escrito en la viña. Este es el principio fundamental de la Maison. Tiene un profundo conocimiento de las vides y del entorno en el que arraigan, incluidos el suelo y el clima. Por ello, presta la atención necesaria a su cultivo para elaborar champagnes finos y genuinos. La familia Henriot siempre ha desempeñado un papel de protectora y promotora del champán. Hoy, la familia se enfoca en la preservación de los viñedos y los terroirs. A través del proyecto Alliance Terroir, la Maison adapta sus prácticas de viticultura a favor de la vid y su calidad, pero también del medio ambiente. Implementa acciones positivas para reducir su impacto en el medio ambiente y apoya a sus socios en este sentido (certificación HVE, VDC, conversión orgánica, etc.). La Casa promueve la biodiversidad, contribuye al embellecimiento del viñedo y ayuda a investigar y desarrollar nuevas herramientas.

Además de la cultura de la diversidad y el conocimiento de los terruños, el arte del mestizaje es el tercer principio fundamental de la Casa. En efecto, gracias a esta filosofía centrada en los Terroirs, cada año, la Maison obtiene, tras la vendimia, una gran diversidad de vinos que le permitirán recrear las cuvées de Henriot. Cuando Apolline fundó la Maison, decidió crear un champán que le permitiera arrojar luz sobre sus viñedos y compartir la belleza del champán.